Cómo no ser un maestro de arte
[…] Confiamos en lo que Cristo Jesús hizo por nosotros. No depositamos ninguna confianza en esfuerzos humanos
Filipenses 3.3
Filipenses 3.3
Cuando curse la preparatoria, tuve un profesor que me impartió la materia de arte, él me dio una de las mayores lecciones que aprendí en esa época. Su nombre ni si quiera puedo recordarlo, apenas puedo acordarme de su apodo porque, en la vida escolar casi todos los profesores tienen un pseudónimo.
De su primera clase solo puedo recordar la siguiente explicación:
De su primera clase solo puedo recordar la siguiente explicación:
-Cuando era joven no me gustaban las matemáticas, recuerdo muy bien que esto fue porque un profesor hizo que no me gustaran las matemáticas. Aún así, al final de su curso nos hizo una pregunta -¿Qué fue lo que aprendieron en este curso?- A lo que yo respondí -Lo que aprendí es: cómo no ser un profesor de matemáticas.
Esta introducción subió mi expectativa sobre la materia. No solo por esa frase. El arte me impresiona, aunque no soy un experto sobre la materia, me sorprende como cada obra en diferentes ramas puede transmitir un mensaje, sentimiento, deseo, etc...
Sin embargo la materia no fue lo que yo pensé. Las clases se quedaron con videotutoriales para dibujar diferentes cosas, algunas veces ni clases teníamos, sin duda fue una decepción. Al final de la materia, busque la forma de que el profesor supiera qué fue lo que aprendí de la materia. Honestamente no recuerdo a detalle la forma en la que le hice saber mi opinión pero estoy casi seguro que fue a través de un papel escrito en forma anónima que decía más o menos lo siguiente:
-Profesor, me gustaría que supiera que fue lo que aprendí en la materia. Lo que aprendí fue: cómo no ser un maestro de arte...
-Profesor, me gustaría que supiera que fue lo que aprendí en la materia. Lo que aprendí fue: cómo no ser un maestro de arte...
Hace algunos días platicaba con una amiga y el tema de conversación era sobre los estancamientos con los que nos llegamos a encontrar a lo largo de la vida, para los que me leen y son creyentes, la platica giraba en torno de la iglesia. Los estancamientos pueden ser generados por causas externas o internas, después de esto, viene el desanimo y al final, con una gran tristeza llega la rendición.
A partir de este momento quiero enfocarme en las personas que son creyentes y están involucrados dentro de las actividades y servicios que existen en la iglesia. Después de terminar el año de preparatoria me di cuenta que aunque la clase del profesor se me hizo aburrida y sin sentido, no perdí el gusto y admiración por las artes. Es cierto que llega un momento donde nos podemos sentir atorados o incluso decepcionados por las personas, aún podemos sentir una falta de confianza o traicionados, pero, sí hay algo que me gustaría transmitirte en este post es lo siguiente: no te decepciones, no te rindas, tú puedes, vale la pena seguir en el camino. Probablemente podríamos decir cómo no ser un amigo, un maestro, un líder, un cristiano hacía los demas. Pero no pierdas lo que te fue dado. Jesús siguió adelante su amistad con Pedro aunque cometió muchos errores. Pablo siguió adelante aunque muchas veces estuvo solo, encarcelado y con las razones suficientes para abandonar su fe pero no lo hizo porque su confianza no estaba en lo que estaba pasando. Sigue adelante con las funciones que haces, en el lugar donde estas, en el puesto en el que estás. Dios es bueno, conoce tu corazón y premiará lo que estas haciendo.
Gracias por tu post! Me encanto!!!! Un abrazo!
ResponderBorrarWOW Abraham, me siento orgullosa de este blog, que Jesús siga dandonos una mayor revelación para seguir escribiendo ( :
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